viernes, 19 de agosto de 2011

FEDERICO GARCÍA LORCA. 75 AÑOS DE SU ASESINATO

   El dieciocho de agosto de 1936, un mes después del golpe de estado que sumergió a España en una guerra fraticida, era asesinado Federico García Lorca. Dos días antes, lo detuvieron en casa de su amigo, el también poeta, Luis Rosales, acusado de nada, en realidad. Según Ian Gibson (el gran lorquiano) un falangista, Ramón Ruiz Alonso, fue el promotor de su detención por intelectual rojo, amigo de rojos y, además, marica. Y por dar ejemplo, no iban a ser ellos menos en Granada. Además, había rencillas por razones agrícolas de lindes de tierras.
   Hoy sólo quiero dedicar mi espacio para homenajear al gran Lorca. Hace años, escuché a un abogado y oficial provisional del ejército, que García Lorca había obtenido fama porque era maricón. Con mucha irnonía, dije yo, claro, porque total, qué importancia literaria tienen: La casa de Bernada Alba, Yerma, El romancero gitano o Poeta en Nueva York. Se fue de la sala salpicado de su propia mierda (A mí casí me costó un arresto). Además de un poema que me gusta mucho, pondré dos canciones de poemas musicados del poeta. Son preciosos. Espero que os guste.



Poemas de la soledad
en University Columbia.
1910
(Intermedio)



Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
no vieron enterrar a los muertos,
ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,
ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.

Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,
el hocico del toro, la seta venenosa
y una luna incomprensible que iluminaba por los rincones
los pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.

Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,
en el seno traspasado de Santa Rosa dormida,
en los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,
en un jardín donde los gatos se comían a las ranas.

Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos,
cajas que guardan silencio de cangrejos devorados
en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.
Allí mis pequeños ojos.

No preguntarme nada. He visto que las cosas
cuando buscan su curso encuentran su vacío.
Hay un dolor de huecos por el aire sin gente
y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!


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